sábado, 1 de septiembre de 2012

0. Comenzón


         A finales del verano de 2010, vi, por 50 pavos, una guitarra en un folleto del Lidl, con afinador incluido (mi oído anda un poco desentonado). Decidí comprarla. Con ayuda de Internet, pensé, donde iba a encontrar infinidad de partituras, conseguiría tararear mis canciones favoritas. De jovenzuelo ya lo había intentado, pero lo dejé por timidez, aunque creo que más por inutilidad. Con medio siglo a mis espaldas, quería volver a probarlo.

         Un compañero de trabajo me contó que se había apuntado a un taller de música que se impartía en el Centro Cultural Paco Rabal, en el madrileño barrio de Vallecas, muy cerca de mi casa, por lo que pasé a informarme, con el fin de acelerar el aprendizaje del instrumento. Solicité plaza en el mismo taller y, además, en otro que me llamó la atención, "Relato breve". Me dije: "en uno aprendo a tocar la guitarra y en el otro, a componer letras de canciones". Loj-co-ho-ne.


         En el de música, no conseguí plaza, en el de relato, sí. El primer día de clase, nos presentamos casi 20 personas, de las cuales terminaron (yo no pude ir el último trimestre) 4 ó 5. La verdad es que Felicitas, la jefa de taller, nos dio una caña impresionante. Claro, que de lo de componer canciones, nada, y de lo de aprender a tocar la guitarra, menos.


         En el curso 2011-2012 volví a conseguir plaza. Esta vez, empezamos menos gente, pero terminamos más que en la anterior edición. Esther, la jefa, fue bastante menos guerrera que Felicitas, con un estilo diferente,  que nos insuflaría nuevos conocimientos.


         Después de estos dos años, me he decidido a inaugurar este espacio (que lo abrí hace un año, sin saber que decir), en el que pretendo publicar los pequeños relatos que he ido creando desde entonces, más o menos por orden cronológico, salpicándolo con alguna que otra cosilla que se me vaya ocurriendo.


         Quise buscarme un nombre artístico (que pedantería), pero cincuentón y escribiendo cuentos, aunque fueran tontos, pensé que debería ser Cuentón.

         Espero no aburrir demasiado. Acepto todo tipo de críticas, siempre que estén hechas desde el cariño. 


         Como nos contaban dos señores de negro muy cachondos, que estarán haciendo de reír en algún lugar que, creo, aún no conocemos... comenzón, empezón, principión.


Cuentón

 

Siguiente entrada

5 comentarios:

  1. jajja, has cogido al gran maestro, Tip -con permiso de Jardiel-. ¡Enhorabuena! Lo de cuentos tontos, no obstante, queda en entredicho. A mí me gusta mucho tu estilo, Cuentón Briñas. Te mando una banasta de ebesos y de versos!

    ResponderEliminar
  2. Un hombre que se perdió el fin de un taller literario por una chapuza en casa. ¡Já! Pero que ha empezado un blog chapuza y lo está transformando en un lindo taller.¡Jó!
    Ánimo, y adelante compañero.

    Abrazos desde Córdoba.

    p.D.: jó, cómo llueve también por aquí.

    ResponderEliminar
  3. Por tu casa me quedo e invitado quedas a mi blog montesinadas. Abrazos me gusta lo que leo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Manuel. No tardaré en visitar tus montesinadas.

      Eliminar

Espero tu comentario